Angélica Bermúdez
Así
mis noches desiertas,
mientras
camino apresurada,
voy alerta de lo extraño en el medio de la
nada.
El
cerebro me traiciona, quiere dosis de melancolía,
y
le digo ponte atento, faltan dos cuadras todavía.
Que
los rezos de mi madre me hagan llegar salva a casa,
que
no se detenga el carro que en la sombra me rebasa.
Voy
rezando y prometiendo,
otra vez se me hizo tarde,
que
no tengan que buscarme,
ni
una menos,
Dios me guarde.
Que
mi nombre no se grite en el coreo de la marcha.
Que
mi sangre en el baldío no sea parte de la escarcha.
Mas
si no logro vencerlo
y
no llego a mi morada,
por
las lágrimas de mi hija por las noches desolada,
yo confío hermana mía que,
aunque
la lucha sea dura,
no te quedarás callada.
Tampico, México
Conoce a la autora en https://www.facebook.com/angieland
No hay comentarios.:
Publicar un comentario